"En la vida hay una especie de torpeza, de fragilidad física, de constitución débil, de tartamudeo vital, que constituye el encanto de cada uno. El encanto, fuente de vida; el estilo, fuente de escritura. Pero la vida no es vuestra historia. Los que no tienen encanto, no tienen vida, están como muertos. Pero el encanto no es la persona, el encanto es lo que hace que captemos la persona (...) como posibilidades únicas..." (Deleuze, Diálogos)